LOS JEFES

Hace tres meses empecé a estudiar en alemán y aprendí 3 cosas.

Que inútil en alemán se dice «nutzlos».

Que el nutzlos de mi jefe sabe alemán.

Que para apuntarse en la oficina de empleo hay que pedir cita.

Pensaréis que ha sido culpa mía, pero es que a mi jefe le gusta despedir a la gente; cuando ascendió, la Dirección General de Tráfico montó un dispositivo de «operación salida» en la puerta de mi empresa para que los despedidos saliesen ordenandamente.

Y es que hay jefe muy suyos. «Que me despide por mi falta de madurez» dice este. Pues os digo una cosa, el me habrá despedido pero antes de irme le ha robado su nariz y no se la pienso devolver.

Qué complicados son los jefes. En el día a día nos vemos superados por la adversidad que genera no saber cómo reaccionar ante sus peculiaridades.

Es precisamente por eso que me he decido a crear este BESTIARIO DE JEFES en donde esta enumeración no es solo fruto de mi experiencia si no de la de muchos de vosotros que, como en tantas ocasiones, habéis tenido el detalle de compartir conmigo entre alcohol y lágrimas.

EL INUTIL (hijus del dueñus)

Este es un jefe de manual. O mejor dicho, que necesita un manual para atarse los cordones de los zapatos. Todos sabemos por qué está ahí, sabemos también cuál es su cometido. Y más nos vale, pues vamos a tener que hacerlo nosotros.

“—¿Nivel de Inglés?
—Big
—¡Menudo Nivel!
—Menuding level
—Fascinante. Contratado
—Gracias papá
—Y tira esos currículums a la basura
—Por supuesteision»

EL CATAPULTA (alaputacallis)

Lo que tenemos aquí es un claro cabeza de equipo que no puede dejar que pase el día sin amenazar con despedir a alguien. Lo más curioso es que su rango no suele concederle tal protestad. Él lo sabe y nosotros también. Hecho ante el cuál las dos preguntas lógicas pugnan en mi mente por ser articuladas primero:
A) ¿Por qué nos amenaza con algo que no puede hacer?
B) ¿Por qué se lo permitimos?
C) ¿Por qué nadie le ha pegado todavía a este señor?

EL ANTIGUO (fantasmasaurus)

Sin duda un auténtico personaje de comedia. Se trata de un señor o señora que se cree superior. Un artista que atribuye su poder sobrenatural a la cantidad de años que lleva arrastrándose por el lugar de trabajo de un lado a otro. Haciendo auténticas filigranas con tal de trabajar lo mínimo y pasar lo más desapercibido posible. Lo más divertido de estos seres es que a esto lo llaman «experiencia».

EL PARATETRAQUINTUPLÉGICO (vagus ganduliensis)
Voy a pediros un poco de respeto y comprensión para este tipo de jefe. El peso del poder ha tenido un devastador efecto sobre él y le ha dejado postrado en su trono silla. Impidiéndole realizar cualquier tarea que no sea mandar.

Coincidiendo con su ascenso, todas y cada una de las acciones fisicas que antaño realizaba este señor han quedado permanente suspendidas en pos de una capacidad intelectual superior. La que, por otro lado y de manera milagrosa, le facilita notablemente la ardua tarea de ordenar que las ejecuten.

En resumen: Se mueve menos que Don Pimpón en una cama de velcro. Ya no hace fotocopias ni cogen las grapadoras y claro, alguien tiene que hacerlo. ¿Adivinas quién?

UNDELEGARTOR (si quieres que algo salga bien… )

Siempre he sido un firme defensor de la teoría de que los extremos nunca son buenos. Si el espécimen anterior pecaba de exceso de autoridad y nula actividad, este señor peca de todo lo contrario. Se trata de un jefe que, bien porque no se fía de sus subordinados, o bien porque no se puede estar quieto, insiste en ser él el que saque todo el trabajo adelante. Claro que quizás tenga otros motivos más oscuros. Lo que le haría susceptible de entrar en la categoría siguiente.

EL CAZADOR DE MEDALLAS (Boing boing)
Mucho cuidado con esta variante que se adueña de tus logros. Es más que posible que haya llegado a su posición precisamente haciendo eso y el seguir haciéndolo para escalar no le supone factura moral alguna.

EL BLANDO (panis pedazus)
No os hagáis ilusiones. De estos quedan muy pocos. Se trata de jefes blandos como una nube. Pero que no quieren que se piense eso de ellos. Así que intentan ocultarlo con ciertas frases preparadas que no hacen más que darles un sentido aún más cómico a su existencia.

«Mira muchacho, no soy de esos jefes a los que se puede torear. A las buenas soy muy bueno, pero a las malas soy implacable. Me metes otro guantazo como ese y te vas a la puta calle.»

EL SORDO (¿eh?)
Lo que tenemos aquí es un claro caso de «… Y me sale por la otra oreja». Consiste en un señor que es absolutamente inmune a comentarios, peticiones, consejos etc. El SORDO prescinde descaradamente de las opiniones de sus subordinados. Eso sí, como la cague, prepárate. Porque por arte de magia será culpa tuya, de tu compañero, de la limpiadora, o de quien sea menos de él.

Hasta aquí este bestiario. Como siempre. Cualquier otra aportación será anotada y publicada en nuevos volúmenes
Aprovecho para daros una gran noticia: Mañana estaré firmando libros en el Corte Ingles hasta que me pillen y me hagan pagarlos todos. Saludos

Twitter=@cansinoroyal