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¡VACACIONES! YUJUUUU

Estoy bastante seguro de que el nivel de vuestro aprecio por mí ha bajado sustancialmente conforme visionabais ese «yuju».  Apuesto a que, visto lo visto hasta ahora, esperáis que os detalle con saña unos planes vacacionales idílicos consistentes en una vida feliz y cara de una semana de duración.

Deberíais avergonzaros de pensar así de mí. ¿Cuándo os he fallado yo? A estas alturas no vale de nada intentar negar mis pretensiones de mataros a todos. Pero nunca he dicho que fuera a torturaros antes.

«¿Te vas de vacaciones? ¿Cuántos días te quedan hasta que empiecen? ¿A dónde vas? ¿durante cuánto tiempo?»

¿Alguien ha escuchado o planteado esta pregunta alguna vez en su vida (las madres no valen)? A que no… Pues entonces ¿Por qué la gente no para de dar ese tipo de datos en lugar de dar otros más interesantes como el pin de su tarjeta?

«—¿Qué tenemos?
—Varón, raza blanca. Pasó la mañana dando detalles sobre sus planes para sus vacaciones. Presenta claros signos de violencia extrema.
—Merecida
—Totalmente»

Yo he puesto en funcionamiento varias medidas para lidiar con el tema de los que se dedican a compartir sus planes vacacionales. Entre otras estratagemas he hecho circular por la oficina el rumor de que pertenezco a una banda de ladrones albano-kosovares. Así la gente se cuida muy mucho de hacerme saber que va a viajar.

Por cierto, pequeño apunte con relación a los que desgastan la frase «ambos inclusive»: siguen siendo cuatro días de mierda.

Yo, por mi parte, para decidir a dónde voy en verano lanzo un dardo a un mapamundi que tengo en la pared. Y allí paso todas las vacaciones, lanzando dardos a la pared. Porque como en casa no se está en ningún sitio. Y vosotros estáis tan de acuerdo con esto como con la política de cookies.

Permitid que me explique antes de que alguien me corte el cuello con un billete de Ryanair: ¿Cuántas veces habéis tenido un percance con alguien, sea amigo o conocido? Alguna de estas veces habréis usado cierta frase que, sin ser de mi invención, la he adoptado como mía por lo mucho que me ayuda a afrontar estos quebrantos con amigos, compañeros de trabajo, la policía etc… Dicha frase reza de la siguiente manera:

«con lo agusto que estoy en mi casa… «

Amigos y amigas, esa frase vale para todo tipo de discusión.

«¿Que no vuelva a llegar tarde? Venga hombre, con lo a gusto que estoy en mi casa.»

«Pues si te ofende lo que digo me voy. Con lo a gusto que estoy en mi casa…»

«¿Aviso de desahucio? Si hombre, con lo a gusto que estoy en mi casa»

¡Y es verdad! Por muy bien que te lo montes en tus viajes de ocio, como en casa en ningún sitio. Lo que pasa es que haces lo imposible, ahorrando o hipotecando hasta al perro, para pagar cualquier cosa que te saque de tu vecindario porque sabes que lo peor no es no irte de vacaciones,  sino tener que regar las plantas, recoger el correo y cuidar de la mascota de los que sí se van.

Llamadme mal vecino si queréis. Pero yo nunca hago ese favor. Ya en su momento postulé sobre el hecho de que la conversación ascensoril sobre meteorología debía ser el único nexo de interacción vecinal. Argumentando con pruebas fehacientes que superar esa línea tan solo conllevaría la muerte contratiempos.

Digan lo que digan los pelos del culo abrigan en casa se está muy bien. Además siempre hay cerca algún vecino con piscina que poco a poco se va haciendo amigo mío (aunque él no lo sepa).

Y es que ¿a dónde vamos a ir? ¿A un hotel? Altamente (no) recomendado. El último hotel en el que estuve era un hotel tan cutre y triste, que en vez de recepcionista tenía decepcionista. Las cucarachas eran gigantes. Un día, una enorme se me acercó a la hamaca y con un extraño acento me dijo. «Vamos a hacer Aquagym. ¿Se apunta?»

Presa del pánico, salí despavorido llamando al personal del hotel en busca de ayuda, pero el de las hamacas me tranquilizó aclarándome que la cucaracha en cuestión era un animador senegalés muy simpático que llevaba en la nómina del hotel varios años.

El Todo Incluido es lo que tiene: empieza uno a tomar cerveza desde bien temprano y luego el alcohol le juega malas pasadas. Cuál no sería mi nivel del mismo en sangre que no me calmé hasta conseguir que el conserje  rociase al senegalés con insecticida, por si las moscas. Al ver al muchacho tosiendo en el suelo hecho un ovillo me quedé más tranquilo: A las cucarachas de verdad los insecticidas no les afectan.

EL SÍNDROME POSTVACACIONAL Y TÚ PUTA MADRE

«—¿Qué tal las vacaciones?
—Cortas.
—Jajajaja, qué original eres.
—Y tú qué gorda.»

A todos nos toca volver a la rutina, ya sea de un viaje a Tailandia o de lanzar dardos en la pared de nuestra habitación. Y la rutina trae este mal cada vez más reconocido entre los expertos.

Pocas cosas a parte de la paciencia son verdaderos paliativos de este problema. Pero curiosamente y por el contrario, hay muchos posibles agravantes. Como por ejemplo insistir en revelar, paso por paso, todos y cada uno de los detalles de tu viaje.

«—Muy buenas las 508 fotos de tu viaje. ¿No tienes más?»

Ante este tipo de personas tan elocuentes, recordad: No hay ningún contratiempo en la vida que no arreglen ocho puñaladas en el tórax.

El que suscribe desconoce totalmente la relación entre el síndrome citado y el Karma, pero sabed que la intensidad del mismo es directamente proporcional al coñazo que deis con vuestras hazañas estivales.

A modo de despedida, voy a irme. Y no porque yo quiera sino porque lo digo yo. ¡Feliz síndrome postvacacional a todos!

Twitter=@cansinoroyal

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LOS MERCENARIOS DEL ESTADO

«-¿Qué somos?

-¡FUNCIONARIOS!

-¿Y qué queremos?

-¡UNA REFORMA DE NUESTRA SITUACIÓN LABORAL!

-¿Y cuándo lo q…?

-¡MAÑANA! que ya son menos cuarto»

Hoy en día hay una serie de cometidos cuya consecución  no está al alcance de cualquiera. Al contrario. Para ciertos detalles administrativos es requerido el toque profesional de cierto tipo de personal preparado que estará encantado de atender… (jajajaja lo siento no puedo seguir).

De todo hay en la viña del señor  y esta gente no iba a ser menos. Es de suponer que como en todos los colectivos siempre podemos buscar los elementos de mayor relevancia y plasmarlos en un (oooooh si) bestiario.

¿Os he dicho que me encantan los bestiarios? Estoy seguro de que si Schindler me hubiera encargado a mi su lista la película de Spielberg hubiera tenido mucha más gracia (y color).

Bien, como dijo mi madre el día de mi nacimiento, no nos dilatemos más y vayamos al tema que nos ocupa.  Hablar de un funcionario reduciéndolo a un individuo que desayuna 4 veces al día, si bien no iría errado, sería  a mi juicio una descripción demasiado pobre para a estas líneas,  por no decir que es un recurso demasiado gastado ya entre los monólogos. Vamos pues con la relación.

FUNCIONARIO CIVIL ADMINISTRATIVO (ocho a dosum)

También denominados por otros miembros del colectivo como «personas» debido a su nivel de vida dentro de su ámbito laboral. Poco se sabe de la procedencia de estos entes, así como sobre  sus motivos de permanecer en este mundo en lugar de ascender a los cielos. Se recomienda poco o nulo contacto  con ellos. Los pocos que han sobrevivido a un contacto directo hablan de crisis nerviosas originadas por el profundo sentimiento de impotencia que despiertan allá donde van.

«-¿Ustedes no trabajan por la tarde?

-No, señora. Por la tarde no venimos. Cuando no trabajamos es por la mañana.»

         Morgan, columnista canario

MILITARES (Unitatis Pernoctae)

En ningún caso confundir con «personas».  Este contingente esta muy por debajo del personal civil, a pesar de que intentaron derrocarles aspirando a compartir al menos su mismo estatus en 1999 (Batalla del Quinto Desayuno). La contienda se mantuvo igualada hasta las 13:30. Momento en que los Funcionarios Civiles se replegaron a sus respectivas casas (era viernes).

Creyendose vencedores por abandono, los militares instauraron aquel día como Día Mundial De La Consecución De La Victoria En La Guerra Del Quinto Desayuno. Pero el nombre era muy largo para ponerlo en la partitura del himno y se decidieron a cambiarlo por E.D.V. Dicho festejo se celebra ese mismo día de la semana.

POLITICOS (no hay paréntesis que aguante lo que pienso de ellos)

Estos son como los funcionarios solo que en lugar de robar postits roban dinero,  y el lugar de hacerlo en medio del tercer donutbreak de la mañana  lo hacen in your face.

¿Recordáis aquella paga de navidad que arrebataron a los Funcionarios? Pues ellos si que la cobraron, cobraron la suya, la tuya, la mía…

«-¿Cómo ha ido el día de trabajo?

-Pues mira, las tres de la tarde y 81% de batería en el iPhone, no te digo más.

-Cariño, te explotan.»

PARQUES Y JARDINES (fumaporrus ocho a dosum)

No hace falta decir nada sobre estos incansables podadores,  recogedores, regadores, etc. Tan solo que si quieres formar parte de este colectivo has de residir en

A) LA FERIA

B) JINAMAR

C) LAS REMUDAS

D) POLIGONO CRUZ DE PIEDRA

Espero que hayáis disfrutado leyendo esta pequeña relación del mercenario del estado tanto como yo escribiéndola. Soy plenamente consciente de que me dejo algunas variantes en el tintero como son los maestros, las fuerzas de seguridad,  tráfico etc.

Pero adelanto en cuanto a este punto que algunos de estos elementos, que no todos, los he omitido de manera intencionada,  pues varios de ellos forman parte de otras entradas que están ya escritas o por escribir en las que me tomo mi tiempo para describirlos como se merecen.

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LA DISTINGUIDA CLIENTELA

Las pedradas mentales que pongo aquí son en su mayoría fruto de mis vivencias,  o simplemente de las cosas que veo mientras me siento en el parque a ver si viene algún viejo a contarme su vida.  Pero en este caso voy a hacer una excepción y voy a relatar un bestiario (cómo me gustan los bestiarios)  sobre lo que mi pareja tiene que afrontar cada día  en su trabajo y luego tiene a bien compartir conmigo en la cena, y también lo que yo veo mientras espero a que cierre sentado en frente.

Hay una curiosa creencia que está grabada a fuego en la cabeza del cliente medio, y más en tiempos de crisis.  Y es la de que él te está haciendo un favor al dignarse a asomar su cara de centollo por la puerta.  Por lo visto no entienden que esto va de números,  y de números grandes; el que tú me compres o no,  viene a suponer para mi estabilidad laboral lo mismo que una gota que cae de un cubo de agua llevado en mi cabeza.

Si siguen cayendo gotas me quedaré  sin agua; pero amigo,  una gota es una gota. Así que baja esos humos,  hijo de p… A estos personajes lo mejor es dejarles hablar y que se desahoguen,  que compren lo que vayan a comprar, si es que compran, y luego que les de la puerta en el culo al salir.

EL VETERANO (quieroynopuedus)

Es un señor/a (sobre todo /a) que cree que disfruta de un trato especial porque lleva años consumiendo lo que tu vendes.  Hasta el punto en que se ve con potestad para amenazarte con hablar con el jefe como si una palabra de él diera contigo en el paro.

EL TARDÍO (inoportunum sinrelojis)

Es ese que aparece cuando te quedan 5 minutos  para marcharte a tu casa con un problema que tardarás 20 minutos en arreglar.  Son bastante ágiles sorteando rejas que bajan,  puertas que se cierran, cepos para osos… Vamos que parecen ladrones.  Pero en vez de dinero o artículos lo que te roban es tu tiempo,  y el de descanso nada menos.

La primera reacción que te nace es ejecutar la clásica invitación  a irse conocida como «patada en el pecho» (ver 300) esta variante de cliente curiosamente suele ser amplia conocedora de sus derechos.  Como el que tienen a darte por culo con una tontería que no es precisamente cuestión de vida o muerte, bajo amenaza de interponer una hoja de reclamaciones por no haberles atendido cuando aún quedaban 16 segundos para la hora de cerrar.

ENTES (malcriatis)

Poco se sabe de estas almas en pena que pasan por tu lugar de trabajo sin comprar nada. Hay estudios que postulan que se mueven en un plano distinto de la realidad.  Por lo que les están  prohibidas gran parte de las formas de contacto terrenal,  tales como interactuar físicamente con los objetos o saludar.  Lo mejor es actuar como si no existieran o,  si no se puede,  al menos disimular el miedo. Los amuletos  y demás artículos de santería no funcionan. 

COMPAÑEROS ENCUBIERTOS (enteraillus deloscojonatis)

La principal cualidad de estos clientes es que conocen o creen conocer al dedillo todos los pormenores  de la oferta o el artículo mejor que el vendedor.  Llegando a poner en tela de juicio tus conocimientos y ya puestos tu sinceridad.  Tienden a combinar tal preparación con una cierta tendencia a sentirse estafados.

Contra esta fauna no hay nada que hacer salvo no bajarte del burro hasta que se vaya ofendido o se decida a ponerte una hoja de reclamaciones por estafa, documento que no llegará  a nada más que intentar asustar,  pues no piensan malgastar su valioso tiempo en llevar su copia a la oficina del consumidor cuando pueden volver a emplearlo en otros menesteres como pasearse por tu tienda por decimotercera vez.

SIN VIDA(aburritum presuicidae)

Los SIN VIDA no son  difíciles de identificar.  Típica señora que está esperando a que el marido pase a buscarla o señor que esta esperando a que su esposa salga de la tienda de al lado.  Son como los ENTES pero en su versión agresiva: mueven cosas y preguntan por preguntar.  Algunos aprovechan para contarte su vida.  La federación de dependientes  recomienda métodos tales como simular una llamada telefónica desde el terminal de la tienda o poner cara de enfermo de Ébola.

Como nota informativa no está de más dar la siguiente indicación a estos y todos los clientes:

CUANDO UN DEPENDIENTE EMPIEZA UNA FASE CON «PERO VAMOS A VER…»  ES EL MOMENTO DE RETIRARSE CON ELEGANCIA

(o huir haciendo la croqueta)

Este es mi bestiario personal en lo que a clientes se refiere. Tengo  que agradecer a mi novia los datos que ha compartido sobre sus vivencias laborales; «aporte de agente de campo»  se podría decir. Sin ellos esta entrada no hubiera sido posible.

Aunque no nos olvidemos de que hay imbéciles a ambos lados del mostrador.  Tal vez algún  día suba una entrada en honor de ese otro lado del comercio.

Sin más os dejo con una frase que a mi me ha ayudado en el día a día de manera inestimable.  Solo espero que el que la lea sepa encontrar la sabiduría oculta en sus palabras. Hallando al fin vuestro camino:

«tú mira mucho, tú toca mucho, pero tú no compra nada; tú hijo puta»

Porverbio chino

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LAS ENTREVISTAS DE TRABAJO

Las Entrevistas De trabajo son un claro exponente de la dualidad del ser.  Del ser que las inventó.  Y es que la primera norma no escrita respecto a dichas conversaciones fatales contradice descaradamente a la escrita: ser sincero.

«Ser sincero es lo primero», dicen. «Mentir no te va ayudar a conseguir el trabajo», aseguran (bueno… excepto quizá el de actor). Pero la realidad es bien distinta. La pregunta más estúpida aunque no por ello exenta de ser decisiva quizás sea: «¿por que quiere usted trabajar con nosotros?».

Bien,  la respuesta más sincera es tan clara que no vale la pena comentarla. Pero imagínate que eres el responsable de contratación de un call center de una empresa telefónica y le planteas la dichosa preguntita  al aspirante (jo’puta que eres).
Ante esta injusta encrucijada tienes dos opciones.

A)  Decir la verdad:»pues oiga,  porque me dijeron que aquí te pagaban por trabajar».

B)  La correcta: «por que me gusta hablarrrr  y ayudarrrr  y estoy convencido de que puedo aporrrtarrr…» y toda la mierda que se te ocurra.

¿Blanco y en botella? mayonesa. ¿A quién  escogerías? Está  claro,  a la de las tetas más grandes.

Pero no sólo de la experiencia verbal se nutren las empresas.  De hecho si la primera impresión  es la que cuenta, la que llega antes que tú mucho más.  Por eso debemos prestar sumo cuidado a la hora de elaborar nuestro currículo (se dice así,  listillo,  que ya están  ambas formas aceptadas por la RAE,  no empieces así o en mi empresa no entras) sobre todo con las faltas de ortografía (ssshhhh…. Ni una palabra que te vas al paro ¿eh?).  Una cosa antes de continuar:

NUNCA,  JAMÁS,  BAJO NINGUNA CIRCUSTANCIA OS FIÉIS DEL CORRECTOR ORTOGRAFICO DEL WORD

Aclarado este punto, no sólo valdrá una escritura impecable para enamorar a nuestro aspirante a jefe.  También deberemos poner especial cuidado en el contenido del currículo (…)  dado que es más que posible que la entrevista no llegue ni siquiera a tener lugar sólo por culpa de una mala carta de presentación. Para ello hay que volver a mentir; todo lo tuyo es lo mejor que le ha pasado a esa empresa,  incluso tus defectos. Por ejemplo:

«-Me gusta esforzarme por crear un ambiente laboral positivo

-¿ha dibujado un pene erecto en el curriculum?

-ah  si,  también pinto»

Eso sí,  sin pasarse, no nos metamos en camisa de once baras por meternos en la boca más de lo que podemos masticar, no queremos situaciones como ésta :

«-perdone pero es que todo el mundo exagera un poco en el curriculum

-¿pero es usted Batman o no?»

Entendamos que tenemos la obligación moral y profesional de hacernos responsables de todo lo que escribamos en el currículo, incluidas las exageraciones

«-pero en su curriculum ponía que no le importaba trabajar los fines de semana…

-en mi curriculum pone muchas tonterías. »

En resumen, una entrevista de trabajo es algo así como el primer día de colegio; desde el primer día sabrán si vas a ser el último en ser elegido para el partido de fútbol del recreo o no.

¿No has ido al colegio? No te preocupes,  en el trabajo en el que vas a acabar seguramente no hacen entrevistas.  Igual hasta te escriben la hora a la que empiezas en el brazo.

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LOS COMPAÑEROS

Como ya dije en mi anterior entrada, no me interesa comentar en qué trabajo. No obstante y visto con una perspectiva no demasiado forzada, mi trabajo o al menos lo que destaco de él es perfectamente extrapolable a la mayoría de los trabajos. Todos tenemos un jefe.

Y no digo con esto último que vaya a referirme a esas «bellisismas» personas que Dios a tenido a bien colocar en mi coronilla. Desgraciadamente hay para todos. Pero esta segunda entrada es para mis queridos compañeros.

Naturalmente no todo va a ser malo. Siempre hay alguien que te caiga mejor que los demás, con el que congeniarás, e incluso con el que puedes trabar una amistad más allá de las puertas del curro. Y que si vuestros caminos no se separan podría incluso convertirse en una gran relación amistosa.

Pero para no variar y por mucho que quiera a esas personas no las aprecio tanto como para escribir sobre ellas. Sin embargo existen otros «tipos» de «compañeros», y ya paro con las comillas, que merecen una mención especial.

Un par de cosas antes de enumerar a esos queridos hermanos de sueldo:

1.el Sexo, salvo excepciones, es completamente irrelevante pues ambos sexos presentan gran cantidad de especímenes para cada punto de la lista.

2.El orden no altera el producto, es decir, yo no prestaría especial atención a quién aparece primero o quién último en esta relación. Dado que están puestos de manera fortuita y sin segundas. Así pues, vamos allá.

EL INUTIL (sobrinus del jefus)

Sin menospreciar a los jefes, todos tenemos ese compañero que no entendemos como ha llegado allí. Hasta el punto en el que nos hemos llegado a preguntar si a este se les olvidó entrevistarlo, hubo alguna prueba que se les olvidó hacerle o simplemente venía con el mobiliario. Pero los cierto es que este señor sabe lo justo y necesario para resultar convincente al contar en qué trabaja en una charla de bar. Pero que dista mucho de ser el empleado del mes. Aunque me constan casos en los que lo consigue aún sin proponérselo. Este Forrest Gump de tu curro se caracteriza por no tener ni pajolera idea del 80 por ciento de los pormenores de su labor. Sin embargo, es capaz de pasar sin pena ni gloria y lo que es más, llegar al final del día sin tener un solo contratiempo. Cosa que por otro lado no sería posible sin la gran labor de sus compañeros que lo cubren con tal de terminar el trabajo y salir a la hora y de algún jefe que otro que le perdona la vida alegando «es que es así». Lo mejor de este señor es que hace la mitad que tú , se esfuerza la mitad que tú , y por supuesto se pone nervioso la mitad que tú, pero cobra lo mismo que tú . Lo cuál te hace preguntarte quién es verdaderamente el inútil de los dos.

EL PELOTA (chupaculum)

Una vez más, Dios me libre de intentar arrebatar ese título a los jefecillos, que él os acoja en su seno (cuanto antes mejor).

Poco hay que decir de este señor. ¿Recordais como eran el cole? Pues igual. Mucho ojo cuando la caguen. Un error de un pelota es igual de peligroso que una bomba, lo mejor es estar lejos de la onda expansiva.

La zona de muerte viene a ser el rango de compañeros a los que el pelota puede encasquetar el error. Y luego está la zona de radiación, que es el rango, mucho más amplio, de colegas susceptibles de ser culpables de que el pelota lo haya cometido.

TETAS CON PATAS (interestus felatis)

No quiero meter a todas las hembras en este saco. Sólo a las que están buenas, lo saben, y tienen intención de explotarlo, pero no en Hombres Y Mujeres Y Viceversa como mandan las escrituras, no, sino en la empresa en la que tu trabajas.

Esta es la mayor cualidad (o sea las dos «cualidades» ) que la define. Para una mayor compresión de esta raza vuelve a leer EL INÚTIL y ponle tetas y lágrimas en tu imaginación.

¿Has terminado de tocarte? ¿puedo seguir? Gracias

EL MÁQUINA (fantasmorum)

Todos tenemos a un compañero que lo hace todo más rápido, mejor, y gastando menos tinta de bolígrafo. No se sabe aún para qué. No se le conoce patria ni fe a estos fuera de serie. Sólo se sabe que están ahí para quedar de puta madre (ver PELOTA) y que tu te vayas a casa riéndose de él a carcajadas mientras en el fondo te preguntas cómo coño lo hace.

Mola tenerlo al lado. Pero no le lleves la contraria porque por lo visto él lo sabe todo y tú no sabes una mierda. Oye que no lo digo yo ¿eh? Lo dice EL MAQUINA.

EL VETERANO (carcamalis zopencae)

Este se cree que lo sabe todo solo porque lleva más tiempo. Y por lo general no sabe ni su nombre. Si no has tenido uno así nunca vete borrando eso de «12 años de experiencia» de tu curriculum.

El individuo en cuestión sale como los hongos en todo trabajo que conste de más de un empleado hasta el punto que si por lo que fuera lo echaran, gran acierto por parte de la empresa, automáticamente alguno de tus compañeros recogería su cetro y corona convirtiéndose en su sucesor. Evita hacer caso a este señor que suele conocer hasta un truco para que el café de la máquina sepa como el que Juan Valdés sirvió a su suegro el día que le pidió la mano de su hija.

Si te dice que hagas algo de tal manera, hazlo de la otra, si te dice que guardes tal papel, quémalo. Y si hacen un asadero los de la empresa NO LE SIGAS A EL.

EL METE MIERDA (tocahuevus impresionantis)

Otro gran personaje de esta nuestra comunidad. En realidad el METE MIERDA no es más que una mezcla indeterminada de todas las acepciones anteriores. El M. M. es ese gran compañero a sus ojos que no para de echarte a pelear con los demás. Todo a saber por qué razón. No concibe un día de trabajo sin criticar a éste o poner de manifiesto los defectos del otro. Otro al cuál, por cierto, estuvo cascándole de ti antes de ayer.

El M. M. es pelota, hipócrita, tiene celos del MAQUINA, y anda detrás de la TODAS CON PATAS pero como a ella no le interesa la pone a parir. Aprovecha siempre que puede para echarse unas risas en tu compañía a costa de otro y viceversa y suele caer bien a los jefes ya que les va con chismes de todos los anteriormente citados. Aléjate de él, dile que si a todo con la boca y que no con la cabeza.

RASPADOR. (alergicus laboralis)

Otro artista. Este individuo alberga un poder especial para hacer lo mínimo he indispensable aunque eso suela significar que el resto lo vas a hacer tú como el campeón que eres. No es un máquina pero es igual de listo que él, no es inútil pero hace lo mismo o menos. No es polémico a menos que destapen su cualidad frente a los demás compañeros. Pelota es, pero lo justo para enmascarar lo que hace frente a los jefes: nada

Y poco más queda por destacar

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